El hombre de la piel de oso, o eso creían..
Hace muchos años, cuando el sol salía por el Oeste y se metía por el Este, en un lugar llamado "Donde todo era posible"; vivía, en un pequeño molino una familia muy humilde.
Esta familia, compuesta por la madre, el padre y tres hijos varones, eran los únicos panaderos de "Donde todo era posible" y de todos los pueblos de alrededor, todos los que alcanzaba a ver un águila desde el cielo.
No tenían apenas dinero, pero eran felices. Los cinco, trabajan muchas horas al día. La madre se encargaba de hacer la harina y amasar el pan, el padre trabajaba con el horno, pues era una herramienta que conllevaba cierto peligro y él tenía mucha experiencia y los hijos eran los encargados de recoger las cosechas, pués eran los más jóvenes y tenían la fuerza suficiente para aguantar el duro peso. Pero uno de ellos, el más pequeño era el más entregado en el oficio pués era el más joven con diferencia y sabía que algún día aquello le pertenecería.
Un día, al despertar, desde la ventana de lo alto del molino, que era donde dormía Juan (el hijo más pequeño) se divisaba a lo lejos una mancha negra en el cielo.
Juan, asustado, desdfgdfgdfgdfgperto a toda su familia, pués no sabía que era aquello que no había visto antes...
De pronto, comenzaron a oirse unos ruidos extraños que asustaron a todos los vecinos y animales de "Donde todo era posible". En aquel momento, nadie quedaba por la calle, ya que la gente rápido entro en sus casas buscando donde esconderser.
Acompañados de esos ruidos extraños, comenzó a caer agua del cielo. Nadie sabía que estaba ocurriendo en ese momento, pero si sabían que no era nada bueno.
LLovió y llovió durante largos días, semanas y meses, lo que supuso una gran catastrofe para Juan y su familia pues aquello les impedía poder trabajar y consiguer dinero.
Juan, triste por lo que estaba ocurriendo y enojado por ver aquella situación, tuvo una idea: saldría a la calle, recorrería todos los pueblos que hiciesen falta y encontraría un trabajo para poder mantener a su familia. Y así lo hizo...
No llevaba nada consigo más que su ropa pero estaba convencido de que acabaría con aquella situación. Comenzo a andar durante horas, conoció pueblos que no sabía ni que existían, conoció gente, unos se portaron bien con él, otro mal pero nadie tenía un trabajo que ofrecerle.
Juan estaba agotado, llevaba días sin estar en casa, malcomiendo y echaba mucho de menos a su familia. Comenzaba a tener frío a todas horas y apenas podía andar pués el cansancio hacía que le temblaran las piernas. Tal fué así que un día caminando se desvaneció...
En aquel momento, cuando parecía que no podía más, de pronto, vió una luz que se acercaba a él. Como si de un ángel se tratara, apareció de la nada cuando más lo necesitaba. Juan, que en aquel momento apenas podía moverse del agotamiento, se levantó como pudo para comtemplar aquello se mostraba ante él.
No tenía piernas, pués no era una persona. Se mantenía en el aire, pués tenía alas...Juan sorprendido, seacercó cada vez más para ver que era aquello que aún no terminaba de creerse. Cuando por fin pudo divisarlo bien, ya que la luz que lo rodeaba brillaba tanto que le impedía ver, se dió cuenta de que era una blanca, enrme y preciosa lechuza.
La lechuza, de pronto, comenzó a hablar:
- No te asustes -dijo-, llevo mucho tiempo siguiendo tus pasos y creo que va siendo hora de que te ayude.
Juan, desconcertado, no sabía si aquello estaba pasando realmente o era producto de su imaginación debido al hambre, al casancio y al sueño. Pero aún así decidió contestar:
-Qué eres, qué quieres de mí?
-Tengo algo que ofrecerte -dijo la lechuza-
-Te entrego una de mis plumas, lo que significa que haya donde vayas tendrás lo que desees. Si la aceptas, cuando el pelo te haya crecido tanto camufle tu pecho , tendrás que volver aquí a devolvermela.
Juan, no entendía por qué de repente se le había aparecido una lechuza, aún menos que hablara, pero estaba tan desesperado que acepto sin más.
- Un momento -grito la lechuza mientras Juan se alejaba-
-Te dije que tendrías todo aquello que quisieras, pero no especifique que todo aquello que desees tendrá que ser en beneficio de los demás y durante todo el largo camino, ahora que se acerca el caluroso verano, deberás cargar con esta piel de oso.
De pronto, Juan comenzó a sentir algo extraño en su cuerpo y una gran carga sobre él. Le empezó a crecer pelo por todo su cuerpo desde los pies a la cabeza pero eso no impidió que Juan se sintiera feliz, pués ya podía regresar a su hogar y ofrecerles a sus padres y hermanos todas las riquezas que se merecían.
Comenzaba el camino de vuelta y de nuevo las largas noches en vela caminando por pedregosos caminos. Tuvo que andar durante muchos meses, buscando cualquier cosa que llevarse a la boca, pues con ese aspecto, nadie quería ayudarle...Pero aún le quedaban fuerzas, pués la satosfacción de saber que cada día quedaba menos para llegar a casa le daba la energía suficiente para seguir.
A medida que Juan continuaba su camino, su pelo iba creciendo y ya poco le quedaba para que el pelo de la cabeza tapara su pecho, de ser así, aquel poder que le había ofrecido la lechuza, desparecería...
Camino y camino hasta que de pronto a lo lejos, vió su casa, su hermoso molino en el que le esperaba su familia desde hace tanto tiempo, que ni se acordaba cuanto.
LLego a su casa, corriendo. Maloliente, desnutrido, cansado y sucio, pero con la ilusión de encontrarse con los suyos y ofrecerles tanto cuan quisieran.
Habían pasado tantos años, que durante ese tiempo, su madre había envejecido y se había convertido en una anciana que ni se reconocía a sí misma, su padre había fallecido y sus hermanos habían caido en manos del acohol.
Juan entró a su casa a grito de:
-He vuelto !!
Pero nadie le reconocía y pensaban que era un loco indigente. Sus hermanos intentaron echarle de la casa pero su madre, sin apenas ver debido a la edad, reconoció su voz y dijo:
-Dejarle, es Juan, es mi hijo, lo sé. Jamás confundiría esa voz.
Juan corrió a abrazarla y la madre al tocarle sintió todo aquel pelo con el que Juan llevaba cargando durante largos y duros meses, extrañada por sentir aquella mata de pelo, le preguntó:
-Hijo, qué te ha pasado?
Juan,con la mayor brevedad posible pues apenas le quedaba pecho al descubierto, le contó a su madre lo que había vivido durante aquel tiempo fuera de casa y por supuesto, también le contó aquel poder que llevaba consigo para que tanto ella como sus hermanos, le pidieran todo aquello que deseaban.
La madre, entre lágrimas de alegría por la llegada de su hijo y tristeza por todas las penurias que tuvo que vivir, pidió su deseo:
-Mi mayor deseo es que te quedes en esta tu casa y nunca más nos volvamos a separar.
De pronto, todo el pelo que cubría a Juan, a quién le habían confudido con un oso durante tanto tiempo allí por donde pasaba, comenzó a desaparecer y se acordó de que debía entregarle de nuevo la pluma a la lechuza a la que tenía tanto que agradecer, pués realmente aquella pluma no era más que una motivación para darle fuerzas para regresar a su casa, donde era lo que realmente necesitaban.
